La incertidumbre como transformadora del proceso decisorio. Propuesta de un modelo de toma de decisiones para la Universidad
La universidad debe afrontar los retos que le brinda el siglo XXI. Para ello ha de cambiar e innovar en sus formas y contenidos, adaptándose al contexto donde se ubica y no quedándose enraizada en formas de hacer pasadas, que aunque aptas en su momento ahora han quedado limitadas para asumir los retos actuales. En nuestro contexto la complejidad de los procesos, las frenéticas fluctuaciones y los rápidos cambios que se producen ha provocado una crisis en nuestras formas de hacer y en la forma de aproximarnos a la realidad (Morin:2000). Todo ello afecta a nuestra forma de vivir y de aproximarnos a la realidad. Toda esta complejidad ha llevado al ser humano a simplificar la realidad y a abstraer la naturaleza para hacerla cognoscible (Campillo: 1999), dando lugar a la compartimentación, la especialización y el dualismo. La visión analítica y fragmentada de la realidad con la que hemos convivido durante tanto tiempo es según Capra, "inadecuada para tratar con nuestro mundo superpoblado e interconectado". La universidad como organización fundamental en la educación superior, la investigación y en su compromiso social no está excluida de dichos fenómenos. En el presente trabajo presentamos un modelo de toma de decisiones validado para el ejercicio de los cargos académicos de las universidades en situaciones de incertidumbre.
La toma de decisiones intuitiva, la complejidad y la incertidumbre se erigen como los elementos caracterizadores de nuestro contexto. El objetivo principal de la investigación es “Conformar un modelo de toma de decisiones para los cargos académicos de las universidades, comprensivo e integrador que afronte la complejidad e incertidumbre”. De tal objetivo desplegamos los objetivos de la investigación. El primero es “Identificar los elementos que influyen o intervienen en la toma de decisiones desde la teoría de la complejidad”. El segundo, es “Elaborar un modelo de toma de decisiones en la incertidumbre para los directivos/as”. Y por último, “Validar el modelo elaborado”.
Para la validación de nuestro modelo hemos optado por la complementación de las metodologías cuantitativa y cualitativa con diferentes métodos y técnicas. Esto nos permite el estudio de realidades complejas de manera holística. De esta manera, nuestra investigación ha intentado identificar la naturaleza profunda de las realidades, su sistema de relaciones y su estructura dinámica. Como técnicas utilizadas tenemos una prueba piloto y un juicio de expertos para determinar la validez del modelo. Los instrumentos empleados han sido de dos tipos: cuestionarios a jueces expertos y por otro lado entrevistas semiestructuradas.
Respecto a las aportaciones de la tesina, podemos destacar como primera aportación que las variables no necesariamente deben de estar determinadas y preestablecidas. No existe una tipología o una variable determinada como la más óptima y adecuada para decidir. Su elección y uso dependerá de la situación, el momento, la tipología de la decisión y los propios agentes decisorios intervinientes, ya que algunas variables puedan tener más trascendencia e importancia que otras en cada decisión. La segunda aportación a considerar es el poder e influencia del directivo dentro de la organización. La responsabilidad que adquiere el directivo ante una decisión que debe tomar altera la visión que tiene de ésta. Ya que en cuanto un individuo sabe que es responsable de los resultados y consecuencias que se pueden derivar de dicha decisión, atribuye mucha más importancia a las razones y fundamentos necesarios para rendir cuentas sobre dicha decisión ante los otros miembros y subordinados. La tercera contribución es como interviene la intuición en las decisiones. La intuición como concepto, provoca miedo y cierto rechazo, ya que es considerada como una variable ligada al azar, a lo aleatorio y sin posibilidad de ser controlada y manipulada. Por parte de los decisores se expresa su importancia pero se restringe su uso. La utilidad se restringe a ciertos ámbitos, donde el grado de decisión se limita a decisiones de carácter operativo o a un uso donde solo esté implicado el propio decisor. Se ha constatado que el uso de la intuición en el proceso de toma de decisiones no tiene mayores consecuencias negativas que las que pueda tener cualquier otra variable. Se verifica que la intuición no tiene una aceptación adecuada entre los subordinados a quienes afecta la decisión. Finalmente, como última aportación, se ha validado el modelo de toma de decisiones para los cargos académicos universitarios. De manera simple hemos comprobado que el modelo podría ser una representación del sistema de toma de decisiones y por tanto puede responder y resolver de forma fiable a los retos que implica la complejidad.